Campo de baja frecuencia

Producidos por el campo eléctrico que proviene de los enchufes, cuadro eléctrico, luces, lavadoras, televisores, aspiradoras y otros electrodomésticos, pero también por el campo magnético cuando hay presencia de motores eléctricos y/o errores realizados a la hora de hacer las instalaciones eléctricas.

El campo de baja frecuencia es el campo generado por la energía eléctrica que tanto utilizamos en las sociedades industrializadas y que llega a nuestras casas en forma de corriente alterna de 220 voltios (en el caso de que estemos en Europa). Esta entra en nuestras viviendas y circula por toda la instalación eléctrica, hace posible que tengamos entonces luz, calor y entretenimiento todo el tiempo que hagan falta, pero el problema comienza cuando las instalaciones no están bien hechas o tenemos fuentes de emisión demasiado altas muy cerca de nuestros cuerpos cuando descansamos o hacemos alguna actividad de larga duración.

El campo eléctrico aparece normalmente cuando conectamos algún aparato o electrodoméstico a cualquier toma de corriente disponible, en este momento la electricidad circula por el aparato creando un campo eléctrico que el recorre . El campo magnético también aparece cuando conectamos un aparato a la toma de corriente, pero en este caso es generado cuando se activa eléctricamente un componente del aparato que hace de motor o bobina.

Hemos hablado de los campos que se producen dentro de las casas, pèro muchas veces estos campos provienen de fuera, concretamente de las líneas de alta tensión y elementos asociados a éstas como pueden ser las centrales transformadoras o transformadores en la parte baja de los edificios. Vivir cerca de cualquier línea de tensión o elemento mencionado es un grave riesgo para la salud que tendremos que tener muy en cuenta a la hora de evaluar fuentes de contaminación electromagnética. El aspecto preocupante los campos eléctricos es que producen estrés en el organismo con el que interactúan, pero por otro lado los campos magnéticos son los que además suponen un riesgo para la salud debido a que alteran el sistema inmune y reducen la capacidad innata de cualquier ser vivo por autocurarse o volver a un equilibrio (homeostasis).